
En los primeros meses de 1999, Claudio Pizarro aún ni se imaginaba lo que le depararía el futuro. Su padre, decidió a inicios del año 1999 establecer contacto con Carlos Delgado, representante de jugadores con mayor experiencia y de reconocida trayectoria en el ámbito deportivo nacional -Presidente de INTERNATONAL MANAGERS AGENCY (IMAGE)- para asesorarse en la futura transferencia de Claudio al fútbol internacional. Fue así que se iniciaron los primeros contactos con diversos equipos de América y Europa.
La transferencia a un equipo de Europa se estaba gestando, cuando en forma inoportuna intervinieron empresarios no autorizados, frustrando esa posibilidad; momento en que los directivos del Werder Bremen de Alemania viajaron sin aviso a Lima para confirmar sus aptitudes y para verlo en acción en vivo y en directo. El club europeo había mostrado gran interés por el delantero peruano, y su incorporación dependía en gran parte del informe de aquellos emisarios. Estos no pudieron llegar en mejor momento: Claudio convertía en todos los partidos y, para remate, los enviados alemanes observaron cada uno de los cinco goles que anotó en la goleada aliancista de 7-1 sobre el Unión Minas.




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EL GRAN SALTO
En los primeros meses de 1999, Claudio Pizarro aún ni se imaginaba lo que le depararía el futuro. Su padre, decidió a inicios del año 1999 establecer contacto con Carlos Delgado, representante de jugadores con mayor experiencia y de reconocida trayectoria en el ámbito deportivo nacional -Presidente de INTERNATONAL MANAGERS AGENCY (IMAGE)- para asesorarse en la futura transferencia de Claudio al fútbol internacional. Fue así que se iniciaron los primeros contactos con diversos equipos de América y Europa.
La transferencia a un equipo de Europa se estaba gestando, cuando en forma inoportuna intervinieron empresarios no autorizados, frustrando esa posibilidad; momento en que los directivos del Werder Bremen de Alemania viajaron sin aviso a Lima para confirmar sus aptitudes y para verlo en acción en vivo y en directo. El club europeo había mostrado gran interés por el delantero peruano, y su incorporación dependía en gran parte del informe de aquellos emisarios. Estos no pudieron llegar en mejor momento: Claudio convertía en todos los partidos y, para remate, los enviados alemanes observaron cada uno de los cinco goles que anotó en la goleada aliancista de 7-1 sobre el Unión Minas.
La decisión estaba tomada, los directivos del club se contactaron con su padre, que viajó intempestivamente a Alemania con su asesor Carlos Delgado para evaluar la propuesta en base a las características del club, las condiciones del contrato y su proyección en el equipo alemán. Después de una semana de arduo trabajó y con el informe que su padre trajo a Lima, Claudio tomó la decisión, y el “Comandante” Pizarro se convertiría en la flamante contratación del Werder Bremen.
La transferencia finalmente se concretó en setiembre por un monto de 1´700,000 dólares. Claudio fue despedido con todos los honores por la hinchada en el último partido que jugó defendiendo los colores de Alianza Lima el 21 de agosto de 1999 ante Sporting Cristal. Si bien no pudo anotar, su labor fue fundamental en aquel gran triunfo de 2-1 y la afición lo cargó en hombros al final del encuentro.
NACE EL BOMBARDERO
Claudio fue presentado como nuevo jugador del Werder Bremen el día 26 de agosto de 1999. No hay duda que un salto del fútbol peruano al alemán debería representar cierta dificultad para cualquier jugador. Lo usual sería esperar un cierto tiempo de adaptación, hasta que se acostumbre a un medio tan distinto. Pero la historia de Claudio Pizarro fue distinta. El delantero debutó inmediatamente sin haber participado en la pretemporada, el Domingo 29, en un partido como visita jugando los 30 minutos finales frente al Hertha Berlín. La presentación en sociedad no pudo ser mejor. En su segundo partido en la Bundesliga anotó el tercer gol, fruto de un espectacular cabezazo que fue a parar al ángulo superior derecho del arco.
En Alemania ya se comenzaba a hablar de Claudio Pizarro. Aquel primer tanto sólo fue una muestra de lo que vendría en las semanas sucesivas. Tres días después,el Werder Bremen debía enfrentar al Bodo Glimt de Noruega por la Copa UEFA. Claudio hizo tres de los cinco goles con los que su equipo venció por 5-1. Pero aún hay más. Cuatro días después el Bremen volvió a golear en la Bundesliga. Esta vez fue como visitante al Holsburg, por la apabullante cifra de 7-2. Para seguir con la feliz progresión aritmética, el peruano convirtió tres goles. En una semana Claudio Pizarro se había convertido en el nuevo ídolo de la ciudad de Bremen. Era “El Bombardero de los Andes”, como inmediatamente lo apodó la afición local luego de tan brillantes exhibiciones. La prensa alemana no dudó en calificarlo como el jugador sudamericano que mejor y más rápido se ha adaptado en toda la historia de la Bundesliga. Rápidamente Claudio se convirtió en pieza fundamental en el esquema del técnico Thomas Schaaf, que apreciaba de sobremanera la gran cultura táctica del delantero nacional.
EL BOMBARDERO PADRE
Pero las alegrías no tenían cuando acabar. A las 00:55 del 17 de octubre nació su primogénito, al cual le puso de nombre Claudio, como el padre, como el abuelo y el tatarabuelo. Era un verdadero sueño para el goleador, todo lo bueno venía de golpe. Y para “celebrar” tan magno acontecimiento, qué mejor que un gol en el caso de Claudio Pizarro. Días después del alumbramiento, el Werder Bremen debía visitar al puntero Borussia Dortmund en un choque muy complicado. Para sorpresa de todos, el cuadro verde venció por 3-1 y el “Bombardero de los Andes” se jugó el partido de su vida. Pizarro coronó su actuación con un verdadero golazo sobre el final, el tercero de su equipo y el que aseguró la gran victoria. Con un rápido movimiento dejó en ficha al portero Lehmann, siendo considerado la figura del encuentro. Ni bien éste culminó, el goleador dijo: “Este gol se lo dedico a mi hijo Claudio, que me está esperando en casa”. Ni cortos ni perezosos, los hinchas alemanes le rearon otro apelativo: “El Dios Inca”.
En los encuentros posteriores, el peruano no se hizo presente en el marcador. Sin embargo, continuaba gozando de toda la confianza del técnico Schaaf. Claudio siempre iniciaba los partidos, y el generoso despliegue de fútbol y energías que exhibía era razón más que suficiente para no perder el titularato. El excelente partido que hizo contra el poderoso Parma en tierras italianas, durante los cuartos de final de la Copa UEFA, demostró que su proceso de maduración seguía ‘viento en popa’. Casi simultáneamente, cumplía una sobresaliente actuación con el seleccionado Sub-23 en el Preolímpico de Brasil de enero (en el que hizo cinco goles en cuatro partidos). Pizarro iniciaba el siglo dando cuenta que estaba en condiciones de jugar en cualquier cancha del mundo.
El 12 de marzo del 2000 marca otro de los puntos sobresalientes del exitoso ciclo inicial de Claudio Pizarro en el fútbol alemán. Aunque su labor contaba con la plena aprobación del hincha del Werder Bremen, el equipo había hecho una campaña bastante irregular y sembraba dudas entre la afición. Había que redondear una actuación contundente para calmar la impaciencia de los hinchas. Esta se dio frente al Friburgo, con una goleada inapelable de 5-2. El “Bombardero” convirtió el quinto tanto, una verdadera pintura. Fue un remate bombeado desde el borde del área, que combinó potencia y sutileza en una sola ejecución, algo que sólo pueden hacer los grandes jugadores. La hinchada estaba más en el bolsillo que nunca.
UNA “DESPEDIDA” IMPRESIONANTE
Aunque no perdió su lugar en el once titular del Werder Bremen, Claudio pasó por una sequía goleadora al inicio de la Bundesliga 2000/2001 por falta de una buena condición física, al no completar la pretemporada, por asistir a los partidos eliminatorios para el Mundial Corea-Japón 2002. Este bajón se fue diluyendo con el transcurrir de las semanas y en la última parte del 2000 logró convertir en varias oportunidades, tanto por el torneo local como por la Copa UEFA. El 2001 se presentaba propicio para que Claudio Pizarro continúe levantando su nivel de juego y termine de consolidarse en el exigente fútbol alemán. Lo cual se cristalizó de manera resonante.
A inicios del 2001, el peruano logró cumplir una excelente pretemporada con el Bremen y llegaba a la reanudación de la Bundesliga en inmejorables condiciones físicas y futbolísticas. Desde el primer partido, el “Bombardero de los Andes” lo demostró plenamente y su producción goleadora era muy prolífica. Pizarro convirtió tantos en casi todos los encuentros, en algunos por partida doble y hasta triple, y la mayoría de excelente factura. Mucho se recuerda un golazo que le anotó al Schalke 04, que fue considerado por una importante cadena televisiva alemana como “La Jugada del Mes” en febrero. Claudio Pizarro fue la figura excluyente del Werder Bremen y su condición de ídolo llegó a su punto más álgido. En aquella mitad del 2001, llegó a anotar 15 goles en 17 partidos, siendo el gran goleador de la Bundesliga en su reanudación.
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