El pitazo final de Henry Gambetta dolió en el alma. Fue un balazo directo al corazón, matando ahí mismo la esperanza. Carlos A. Mannucci perdió en Cusco 2-1 ante Cienciano, pero más que la derrota, se cayó un andamio de ilusiones.

Terminó el partido y veo como el  DT Teddy Cardama levanta a sus jugadores rendidos en el campo del Garcilaso y llorando de impotencia. No era para menos. Los trujillanos se quedaron en 50 puntos y junto con los cusqueños seguirán en la SEGUNDA el 2017.

Llora, suelta las lágrimas. Es el llanto de un pueblo, el llanto de una ciudad, de una provincia. El fútbol da revanchas y el 2017 no será la excepción para un gran club como el Mannucci.

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